LA ADICCIÓN hace referencia a la necesidad compulsiva de consumir una sustancia psicotrópica, también hay adicciones no tóxicas como el juego, las compras…. Y esta obsesión por la sustancia (o conducta) se produce a pesar de las consecuencias extraordinariamente negativas y desagradables que a la persona le genera.
La enfermedad de la adicción es peculiar. La persona que la padece no quiere un tratamiento. No ocurre con otra enfermedad común. A nadie se le ocurriría saltarse una sesión de quimioterapia, si te diagnostican un cáncer, o seguir las pautas si te diagnostican diabetes …vas rápido al especialista.
En el caso de la adicción, no ocurre lo mismo. Solo una minoría de las personas con dependencia se pone en tratamiento y eso que representan un gran porcentaje en la sociedad actual.
¿POR QUÉ? Por que la adicción es un problema de salud mental. Y la persona que lo sufre tiene afectado el cerebro. El adicto no solo pierde el control sobre la sustancia o la conducta como el juego. El consumo de sustancias psicoactivas, tóxicas o adicciones no tóxicas afectan también a sus procesos mentales neuronales: raciocinio, voluntad y control de impulsos.
Los síntomas más evidentes de la enfermedad de adicción son la pérdida de control, la negación, la minimización y la justificación de su consumo o acción. La persona afectada suele negar que tenga un problema o que esté enfermo; considera que no es para tanto y se enrolla en supuestas razones para hacer lo que hace. Realmente lo que no quiere es reconocer su problema para no acudir a terapia, y el gran miedo a abandonar la droga que tanto tiempo lleva siendo su compañera de viaje en todo y para todo.
La adicción es la enfermedad del autoengaño. Por que, aunque el sufrimiento vaya en aumento, las desgracias se repitan y los problemas de todo tipo crezcan, el adicto deja siempre una ventana abierta para poder volver a consumir y esa vez cree que si, si que lo va a controlar. Por mucho que sepa que el resultado desastroso se va volver a repetir. SIEMPRE VAS A PERDER LA BATALLA contra la enfermedad tu solo.
La realidad es que siempre es la última vez. Pero siempre hay un nuevo consumo. La rueda no para nunca a menos que se ponga en tratamiento.
Hay dos momentos que son decisivos para frenar la ruleta rusa y comenzar un tratamiento.
El primero es lo que yo llamo, y que ocurre en la mayoría de los casos es tocar fondo, siendo dicho fondo diferente en cada persona. Dichos fondos, tienen en común que la situación se agrava de tal forma que tu problema sale a la luz tan claramente, que ya no puedes engañar más a nadie. La angustia es tan profunda que te ves obligado a pedir ayuda.
El segundo momento importante para empezar un tratamiento es la petición de ayuda por parte de la familia.
EL ADICTO NO ES CULPABLE: Para desarrollar una adicción el consumo es imprescindible, pero no suficiente. Existen ciertas personas con predisposición a desarrollar la enfermedad de la adicción (conductuales, sociales, hereditarios). Además, cuando la persona es adicta, ya no consume para divertirse. Al contrario, consume por que lo necesita y lo hace sufriendo más después de hacerlo. Es el momento de pedir AYUDA. Solo no se puede por que ya ha habido cambios en las áreas cerebrales que le vuelven a llevar a repetir el mismo comportamiento compulsivo.
LA ADICCIÓN COMO ENFERMEDAD, AL IGUAL QUE OTRAS, TIENE TRATAMENTO.
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